PALABRAS A MIS LECTORES

ALGÚN PAJARILLO ME HA CONTADO QUE EN ESTE IR Y VENIR POR EL UNIVERSO INFINITO ENTRAMOS Y SALIMOS (SIN DARNOS CUENTA DE ELLO) POR LOS POROS DE LAS SENSACIONES.

EN TAL CASO, PIDO QUE LA SATISFACCIÓN DE GOZAR LO QUE SENTIMOS NO NOS ABANDONE NUNCA Y NOS LLEVE A TOCAR UNA ESTRELLA: LA NUESTRA.




lunes, 30 de diciembre de 2013

Deseos para el nuevo año.




Por Astarté.
León, España.


        Para comenzar el año y buscando no engañarme con eso del tiempo y de los ciclos acordados por los hombres para organizar la vida del planeta en el que vivimos, quiero hacer presentes mis deseos, precisando que estos no son los que me harán más bella, virtuosa o rica, aunque, tal vez, sí más conciente de mi propia vida.

        Y bien, ante todo, deseo ser ésta que soy; es decir, un ser humano que se regocija estirando sus extremidades, cada mañana, al despertar. Deseo seguir sintiendo el sensual cosquilleo de mis sábanas al rozar mi piel y, una vez despierta, refrescar mi rostro con agua cristalina, bien fría, como el agua de los manantiales. Y con la cara fresca aún, mirarme al espejo y reconocerme. Y una vez, reiterando ser yo misma, deseo que el aire que respiro esté ahí, al alcance de mi aliento. Y que mi inteligencia natural me guíe, a cada paso, al tomar el oxígeno que uso para respirar (justo el necesario).  Deseo que mis zapatillas de noche se iluminen con el día; que destellen la luz de las estrellas más lejanas a fin de dar lumbre y calor al camino que recorren mis plantas terrenales. No puedo, por supuesto, dejar de desear mente clara y ojos lúcidos: Sin lucidez suficiente no podré orientarme en la cocina de casa, pequeño rincón donde hago el café matinal y abro la ventana para ver el sol. Deseo, además, continuar teniendo el oído musical que me permite escuchar las melodías que adoro. Y, al mismo tiempo, untar mi pan del desayuno con mermelada de frutas, bien rica, para alimentarme. Y que mi cuerpo, repleto de hambre gestual y fuerza, de sangre y  nervios, esté apto para recibir los golpes y caricias, los dolores y bondades que merezco, sin excesos, claro está. Y así, deseo el paladar y el gusto sensorial íntegro para saborear lo dulce, lo salado, lo amargo y lo agrio de la vida, ni más ni menos, no dando demasiado tiempo al desagrado y plisando de espacio los momentos de placer. Deseo, por demás, amar y ser amada, besar y que me besen... Deseo cerrar mis manos y sentir que hay granos de arena, migas de pan, gérmenes de piel entre mis dedos. Deseo mente clara, corazón abierto, cuerpo sano. Eso es todo. Y aunque sé que es demasiado, sé también que, para comenzar el año, tengo el derecho de pedir que el tiempo sea tan preciso y enorme como la eternidad. 
Eso pido para mí y para todos vosotros.

Abracemos, pues, el 2014 con la plenitud de nuestra energía más positiva.

¡QUE SEA UN AÑO DE RENOVACIÓN PERSONAL!

Un abrazo a MIS LECTORES Y AMIGOS.


Astarté.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Trilogía de un secreto.



Por Astarté.
León, España.
  
     ...¡Y cuántas historias te he contado! De esas reales. Y también de esas inventadas, a las cuales, por cierto, no les ha faltado un ápice de verdad, a pesar del derroche de fantasía que he invertido para construirlas... ¿Cuántas?... En fin, te he narrado anécdotas y episodios que tienen que ver con otras vidas, más o menos cercanas a ti y a mí. Te he dormido con cuentos de hadas, con leyendas, con mitos... Pero no sabes algo que no te he dicho jamás. Y bien, hijo mío, hoy te revelo un secreto: SOY TU MADRE. ¿Lo sabías? ¿Sí? ¿Y por qué crees que ya lo sabías? ¿Porque  tienes mi carácter?... ¿Por los rasgos de tu cara, que reproducen los míos? ¿O porque no recuerdas con mayor lucidez a otra persona que no sea yo?... Pues no. No, hijo. Si crees que soy tu madre por eso o por cosas semejantes, te equivocas. Vamos a ver: Había una vez una joven cabeza-loca que salía de la escuela e iba a reunirse con la aventura, a escondidas, por supuesto. ¿A escondidas de quién? Pues, a escondidas de su propia alma. No sé si sabrás que a los quince años se piensa en la posibilidad de ser invencibles. Bueno, hay también aquellos que insisten en que a los quince años no se piensa... ¡Son tontos! Pero a lo que íbamos: Te diré que a la temprana edad de quince años, en la flor de mi vida, te encontré bajo la luz de la luna. Te vi. Estabas encogido, en posición fetal. Solitario, olvidado por el mundo. Y fue entonces que quise que fueras mi hijo. Te dije: A partir de hoy te llamarás “SUEÑO”. Te calentaré, te alimentaré. Cuidaré de ti. Con respecto a eso de darte una educación, ya veremos cómo... Por el momento, lo importante es que vivas y que seas feliz... Y no sé, hijo mío, si lo has sido o no. Pero créeme que he hecho lo mejor que he podido... Créeme que te he dado lo mejor que he sabido para que crezcas. Por eso soy tu madre. Porque di mi alma a cambio de que tú encontraras la luz. Y porque volvería a sacrificar mi piel para que tú vivas. Pero no lo digas a nadie. ¿Lo prometes?

***

    Ayer encontré la nota que mi madre dejó para mí, olvidada en un cajón. A decir verdad, no sabía que yo era un sueño, aunque sí que era su hijo. Y por supuesto, ahora comprendo por qué, desde mi condición onírica, he tenido que viajar por varios sitios a la vez, buscándome a mí mismo por dentro y por fuera. Y también comprendo mi afán por renunciar a las horas de vigilia, a fin de no caer desde el techo del planeta que habito. Y bien, que tras haber leído el secreto, he logrado explicarme cómo, en cierta ocasión, quedé merodeando por los rincones del salón familiar. Fue entonces que volví a encontrarla. Estaba en la cocina de casa. Lucía radiante. Hacía un pastel de manzana. Daba vueltas y vueltas a la paleta de repostería para mezclar la masa. Y sonreía. Claro, que de verla a poder entrar en su pensamiento iba un largo trecho de camino. Traté, entonces, de acercarme lo más que pude a su mente. Pero su sonrisa me distrajo. Y es que esto de ser sueño no es fácil. Quiero ser ubicuo, como la energía con la cual mi madre me trajo a la vida. Pero, a veces, encuentro sombras que me alejan de mi estrella. Y aún así, insisto. Y vuelo. Pero no lo contéis a nadie, ¿lo prometéis?

***


    Estoy leyendo, no niego que con dificultad. Y es que esta página está hecha de una sustancia muy sutil y se disuelve, al tocarla, entre mis dedos. Se borra para resurgir entre líneas cuando menos lo espero. En general, no soy demasiado listo en eso de leer historias. Pero insisto. Estas notas son mejor que ir al colegio, por supuesto que sí. La escuela me aburre. Y finjo estar enfermo, para que mi madre no me obligue a ir. Así, desde mi mentira infantil, invento ronchas y fiebres que me aten a las sábanas. Todo por seguir leyendo a modo mío, sin la interferencia de manuales escolásticos. Y mi madre, que reconoce mi ardid, calla. Va a la cocina y me hace el pastel de manzana, ése que tanto me gusta. Remueve la masa con la paleta, una y otra vez. Y sonríe. Sabe guardar mi secreto. Creo que es sabia, pues sólo los genios saben callar lo que saben. Es mi cómplice en el silencio de la tarde, cuando afuera cae la lluvia de primavera. Cuando del otro lado de mi vida la tierra huele a humedad y el aire se torna tibio.... En fin, mañana será otro día. Tendré que agarrar la cartilla bajo el brazo y recorrer el camino de siempre, el trillo que está lleno de piedras. Pero hoy es hoy. Y hoy me siento grande y fuerte. Tan grande y tan fuerte como para quedarme en casa, mirando las nubes a través de la pequeña ventana de mi habitación. Y sé que no lo contaréis a nadie. Y que guardaréis silencio por aquello de no cerrar el viejo libro del deseo, donde todo es posible.

viernes, 29 de noviembre de 2013

PEQUEÑAS CONFESIONES.




Por Astarté.
León, España.


Copio lo que otros dicen; es decir, lo que otros copian. Y me tomo la osadía de expresar mis ideas. Mis ideas, que no son mías, ni de nadie. Y copiando y haciendo discursos sobre la verdad no hago más que reiterar la noria de los impostores; es decir, la rueda de mentiras en la que giramos. Ojalá pudiese quedarme a pie de página, en el folio de mis correcciones. Pero no puedo. En el borrador de mis pensamientos repaso los borrones, los errores y las faltas. Y los elimino en mi copia - original del mundo.

martes, 19 de noviembre de 2013

El mal poeta.





Por Astarté.
León, España.

Iba a escribir versos y me salieron llagas en las manos. Así, de pronto, llagas...
Ello me hizo pensar que, tal vez, hoy mis manos no están aptas para construir poemas. Y que lo mejor que puedo hacer es limar la punta de mi corazón para no rasgar, por inconsciente, el sutil pergamino de la imaginación. En fin, que es mejor que me calle. Es mejor que sueñe, siempre que mi alma no vaya demasiado lejos (para no dejar a mi cuerpo demasiado solo). Pero usar las manos para hacer poemas, hoy... Bueno, al parecer, las musas también sueñan y se alejan. Y en tales circunstancias, es mejor poner las manos en desorden y usar, directamente, el amor.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Mientras duermo.

 









Por Astarté.
León, España.

Éramos pocos los allí presentes: mi libro de historias de la selva, el viejo tocadiscos de plato, mi perro y yo... ¡Ah, sí!... Olvidaba mi muñeca preferida, que no era la más guapa de todas, pero sí la que más quería. ¿Qué hice de ella?... ¡Bah! No tengo idea. Uno se aleja. Sí. Uno se aleja de todo y de todos. Y mientras nos alejamos, vamos tocando con el corazón nuevas fronteras. ¿O me equivoco? El corazón va delante de los pies, abriéndose paso en la estrechez del día a día. Y la memoria, esa que a veces llamamos “decrepitud del alma” (porque sí, porque somos conscientes de su tendencia a tejer recuerdos del pasado...) queda prisionera en el cajón de la locura; cabizbaja, pensativa... La memoria... Sin embargo (y pasando revista a los aquí presentes), seguimos siendo pocos: mi libro de cuentas, la televisión, los pájaros del tejado del vecino y yo... ¡Ahhhhh! Y mis gafas de sol, que no son “Armani”, pero son buenas igual. ¿Qué hice del sombrero de ala ancha que cubría mi frente en el surco de tantas profesiones inconclusas?... ¡Bah! Ni tengo idea, ni me importa. Uno se acostumbra a las inclemencias. Sí. Uno se acostumbra al frío y al calor y a las tormentas y a todo. Y mientras aceptamos el inevitable rasponazo del conocimiento (saber cosas araña la piel y de qué manera...), seguimos arando la tierra sin llevar un sombrero que nos cubra, a fin de recoger frutos en árboles plantados a lo largo de la historia. ¿O me equivoco? La voluntad va delante de la frente en la cosecha del día a día. Y la fuerza, esa que nos llega del vientre, esa que a veces llamamos “supervivencia del espíritu” (porque sí, porque somos conscientes de la energía que reporta), sigue regando el entero territorio de nuestras mejores esperanzas; impetuosa, corajuda... La fuerza... Y entonces, para resumir y darle algún sentido a esta maraña de alucinaciones, te confieso, querido sueño, que estoy probando seriamente a sumar fuerza y memoria. Y lo hago para no perderme mientras duermo, para no escapar de mi cuerpo sin dejar un hilo que me guíe a mi regreso. O, tal vez, para no dejar de poseerme del todo en el persistente afán de trascender. Pues no sé aún cómo hacer para dilatar, a mis anchas, el camino del tiempo.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Melodías del recuerdo: ¿Nos valen?


Por Astarté.
León, España.

Eres terciopelo y piedra... Eres agua y arena... Pero, ¡qué recuerdos!... Canciones que nos hacen evocar... ¿una época perdida? No. Algo arrastramos de todo esto. No voy a buscar autor y motivaciones; no quiero saber por qué los autores escriben las letras que luego buenos músicos llevarán al pentagrama y formarán una canción que tendrá éxito o no (todo depende de las circunstancias, de las llamadas “influencias”, de los padrinos que te puedan o no bautizar...) Pero esta canción que fue éxito en la hit parade de los años ochenta dice algo sobre el amor-instrumento. Y es que a veces el sentimiento nos conduce a la trampa y nos hace caer en las redes de la melancolía... Bueno, ¿y quién no ha sido víctima? En tal caso, “aquel que no sea pecador, que tire la primera piedra...”
Hoy Astarté evoca viejas melodías de su juventud prometedora. ¿Cursi? ¿Quién sabe? Pero son sólo recuerdos. Con cautela, por supuesto.Viejas melodías nos pueden conducir al cielo o al abismo, así que... ¡cuidado! No sabemos el efecto que la música, ligada a las remembranzas, nos  pueda causar. Podemos caer en las redes de una insospechada melancolía. Pero recordar no es delito. Eso no. La memoria tiene sus “pro” y sus “contra”. Y lo bueno es estar conciente de ello.


martes, 22 de octubre de 2013

El amor en estado líquido (reflexiones de Sofía).


Por Astarté.
León, España.

    Hoy quiero presentar a los lectores de Los días de Venus en la tierra las páginas de una poetisa y escritora, cuyas ideas cubren los  renglones en el Diario de Sofía
https://www.facebook.com/pages/Diario-de-Sof%C3%ADa/182783571864345?hc_location=timeline

    En el Diario... leí esto. Se trata de algunas reflexiones hechas por la autora, estudiosa de química y (según cuentan los gorriones de algún nido) bien entendida en amores. Al parecer, a veces se confunde la naturaleza de nuestro medio líquido originario (el líquido amniótico, por ejemplo. O mejor aún, el mar, que es el medio natural de los peces y todos fuimos peces hace mucho tiempo...) con el  flexus o lo flojo de nuestra naturaleza orgánica, el flexus que en buena medida evoluciona a nivel de nuestras relaciones, no sólo sentimentales, sino en general, humanas. Para aclaración del significado de flexus os remito a cualquier página que explique su etimología; ésta, por ejemplo: http://www.elcastellano.org/palabra.php?q=prolijo

    Y bien, a partir de una brillante comparación entre el estado líquido de los cuerpos físicos y el amor, Sofía me ha hecho pensar que para que el amor vuelva a encontrar la tierra como medio sólido y cálido para germinar, tendría (quién sabe) que lanzarse en todas direcciones a fin de retornar a su más remota forma de vida, transformando el flexus en sustancia nutritiva, o algo así, tal vez... ¿Qué os parece?

Reflexiones de Sofía. 21/10/2013

Acerca del “Amor Líquido”

Los líquidos y su movimiento han sido parte inseparable de mi carrera profesional, lo que nunca llegué a imaginar que podrían tener una relación directamente proporcional con el amor, específicamente con el nombrado “Amor Líquido” según la teoría del sociólogo Zygmunt Bauman. Como toda teoría tiene sus adictos y sus detractores.

Existen 4 propiedades de los líquidos que definen este nuevo tipo de amor no convencional de relación o “conexión “ de pareja.

1-Compresibilidad : Son altamente incompresibles.
Estado mínimo de compresión de la relación que impide lograr un compromiso estable.

2-Movimiento no acotado de las moléculas. Son infinitamente deformables.
"Las relaciones son un entretenimiento para obtener placer y satisfacción inmediata “consumiendo” a personas como si fueran mercancías de estantes de un supermercado.”
El amor romántico sufre una deformación literal de su definición conceptual.

3-Ausencia de memoria de forma. Toman la forma del recipiente que lo contenga.
Variable y adaptable ante nuevas situaciones, al final uno de los dos pasa a ser eliminado totalmente o se convierte en un desconocido con algunas huellas cuando menos perjudicado sales de esta “ausencia de memoria definitiva”. Como expresa el siquiatra Saulo Pérez en su artículo : “aquello que pensabas que compartías queda en una especie de duda, si fue real, o fue fantasía o simplemente falso o fue una elección del estante de la tienda para ser consumido y eliminado.”

4- Distancia Molecular Grande. Sus moléculas se encuentran separadas a una gran distancia.
En este caso las molecúlas espirituales de los respectivos miembros de la “conexión”, son fugaces y fragmentarias, esto implica que son anuladas por completo las dificultades, los sufrimientos, el comprometerse sentimentalmente, no existen las mariposas ni los corazones desplazados.

Realmente amigos, deja muy pocas puertas abiertas al "amor romántico". Las sociedades modernas caracterizadas por el mercado del consumismo, individualismo, inestabilidad ,inseguridad y la soledad, entre otras, conllevan a una ruptura emocional .El llamado "amor líquido", (que pienso tiene más adictos en los hombres que en las mujeres, y por favor no tilden de feminista a Sofía) , es un verdadero imperio, desafortunadamente se impone y no podemos nadar contra la corriente, es inevitable. Todos queremos independencia personal, económica, espiritual y esto no tiene nada que ver con el amor romántico.
Son tiempos de amar en una dirección donde lo existencial predomina sobre lo espiritual.

Adicta o detractora? Sofía evoluciona con la sociedad y con las épocas. Adicta al “Amor Líquido” pero condimentado con ligeros sazones de los amores de Shakespeare.

Los quiero con un inmenso “Amor en los 4 estados relativos de la materia”
Sofía